Con la venia
Con la venia señoría me ordenáis hablaros en vuestra egregia española lengua y pues lo haré en ese roman paladino con el que suele la gente hablar con su vecino en esa fría meseta castellana que os habita personalizando de entrada en su señoría si me lo permitís a la judicatura toda y haciéndolo sin reparo como cotitular que soy de la justícia de la que los jueces solamente sois los administradores de manera que entenderéis que ni el tono ni el contenido de este discurso no sea petitorio sino exigente aun sabiendo que tal formato no os place ni es el que soléis atender malacostumbrados como estáis a exigir acato mas sí señoría digo exigente porque en nuestro tácito contrato se determina que esa labor de administrar justicia la habéis de desempeñar con independencia responsabilidad y sometimiento a las leyes y asisto con asombro generador de irritación y enojo génisis de desapego a una creciente y ahora ya insoportable retahíla de sucesos por decirlo de formal manera que cue